viernes, 22 de enero de 2016


QUÉ IZQUIERDA



Fernando Errandonea

1 Militante del Partido Socialista del Uruguay.
Sociólogo. Profesor de Historia.
Trabaja en OPP y UDELAR

Yo sugeriría un poco más de respeto por la vida,
un poco menos de camisa de fuerza para el futuro,
un poco más de indulgencia con lo inesperado, y
un poco menos de ilusiones tomadas por realidades.
(Albert Hirschman, 1971)

Anti-introducción. Soy socialista. Renovador. Lo sé, es un pleonasmo.

Primera decepción: en la mayoría de los casos me asaltan dudas, interrogantes, interpongo “peros” y “sin embargos” a afirmaciones tajantes. También doy dos pasos hacia atrás y ninguno adelante, a veces también unos cuantos al costado. Y pongo cualquier cosa que lea o que me digan en contexto: o sea, relativizo. Porque detrás de las hipótesis y las teorías que se suponen “duras” con las que muchas veces yo también me cubro, persisten los enigmas. Pero mi opción por la Renovación resulta una excepción a esta regla de dudas, preguntas y enigmas. Porque eso es lo que soy, socialista renovador. 

Y no desde hoy sino desde cuando entré al PSU, a principios de los 80s. No voy a hablar de mis experiencias de aquél momento en el Partido Socialista, que no vienen al caso y poco importan. Sólo diré que en aquél tiempo ya estaba planteada la antinomia entre renovación y restauración en el Partido Socialista del Uruguay (PSU). Y hoy se vuelve a dibujar en la interna idéntica disyuntiva. Entre ortodoxos y renovadores. Y en marzo del 2016 hay que optar por una de las dos.

Segunda decepción: no voy a hablar de los llamados ortodoxos, aun cuando en el PSU coexisten —sin convivir— dos cuerpos políticos.

Tercera decepción: tampoco hablo en nombre de La Renovación ni de ninguna lista en particular, aunque pertenezca a la lista 3. En este texto sólo quiero dejar constancia lo que significa la Renovación para mí. A título personal y en primera persona del singular. No se encontrará acá el políticamente correcto plural mayestático: “nos referimos”, “queremos impulsar” para referirme a mí mismo.

Cuarta decepción: hablo generalmente de izquierda en vez de socialismo bajo el entendido que este debate rebasa los contornos del Partido Socialista y se vincula con la izquierda. Porque hay izquierda renovadora más allá de las estructuras del Partido Socialista. Igual hay pasajes donde hablo de socialismo.

Quinta decepción: habrá muchas otras decepciones a lo largo del texto.

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